Se acabó el sueño mundialista para México




Hoy por la mañana el seleccionado nacional tuvo su primer partido de la fase de playoffs de la copa del mundo Rusia 2018 contra uno de los grandes combinados de esta competición, la selección brasileña.
Los mexicanos llegamos ilusionados a este cuarto partido, si bien, se habló de la ayuda por parte de Corea del Sur o del mal partido contra Suecia, México pintaba aún para grandes cosas y habíamos muchos que teníamos las esperanzas puestas en poder vencer a la selección sudamericana.
 Comenzó el partido y el equipo tricolor daba una sensación agradable, comenzaron jugando bien e incluso desesperando un poco a los brasileños. ¿Qué falló entonces? México tuvo errores muy puntuales al momento del último toque o la última jugada, decidía mal de tres cuartos de cancha para adelante, tuvo pocas ideas a la ofensiva que dejaron claro que en el fútbol por más posesión que tengas, si no logras traducirla en oportunidades, no sirve de nada. Brasil fue un equipo mucho más completo que México, digo, basta ver las figuras que tiene tanto en el campo como el banquillo para darte cuenta de las diferencias entre una selección y otra, aun así, si había un mundial para trascender, para ser diferentes y para cumplir con la popular nueva tendencia de “imaginar cosas chingonas” era este. Rusia ha sido, valga la redundancia, una montaña rusa de emociones y sorpresas. Desde la victoria en la primera fase de México sobre Alemania hasta la resiente eliminación de España a manos del anfitrión, para quedarse en octavos de final.
Se percibía un ambiente diferente dentro del combinado azteca, un grupo verdaderamente unido de jugadores, con una nueva mentalidad y con la calidad suficiente para romper de una vez por todas, esta maldición del quinto partido. En fin, hoy la selección se vio vencida por un rival que fue bastante superior línea por línea y que a diferencia de hace cuatro años que se respiraba la inconformidad y la polémica de un penal mal marcado que rompió las aspiraciones de un México que hizo un gran partido, hoy la selección nacional nos deja un sabor amargo, gris, de un equipo que nos subió hasta las nubes y en cuestión de tres partidos nos llevó al mismo lugar donde siempre terminamos. Tenemos una generación que ha sido al menos la más mediática de la historia, con jugadores reconocidos mundialmente, campeones del mundo en categorías inferiores, más elementos jugando en el balompié del viejo continente y al final seguimos jugando como nunca y perdiendo como siempre, un equipo que siempre promete y encuentra la manera de ilusionarnos como solo este deporte lo puede hacer. Tres oportunidades ya tuvo esta generación para conseguir una inmortalidad que no descansa en un título… sino en un mediocre quinto juego que todos seguimos y seguiremos esperando.

Por ultimo solo quiero tomarme el tiempo para destacar de manera individual al jugador que discretamente ha sido ya por dos copas mundiales consecutivas, el mejor jugador de México y por mucho. Guillermo Ochoa nuevamente demostró porque, sin importar nada, siempre la confianza recae en él para resguardar el arco de la selección nacional, para llenar los guantes de las míticas figuras de Jorge Campos y “la Tota” Carvajal; siendo el portero con más atajadas en la competición y resistiendo una y otra vez los pelotazos de los jugadores rivales con el fin de que sus compañeros tengan la posibilidad de seguir peleando el partido. Una vez más a Ochoa le quedaron debiendo los otros diez jugadores de la cancha, y también el fútbol europeo le ha quedado a deber bastante, si fuera español, belga, inglés, estaríamos hablando de un jugador pretendido por los más importantes equipos del continente europeo, un portero que ha sido víctima de la infravaloración y el malinchismo, que en su paso por los clubes extranjeros se ha dedicado a callar a más de uno.
Esperemos cosas más agradables vengan para el guardameta nacional y para este grupo de jugadores que lo intentó con todo el fútbol que tenían para ofrecer. Esperemos que aquellos que aún tienen una buena parte de carrera por delante y que se han estancado, redireccionen de forma correcta y se preparen para lo que sigue. Rusia se queda como enseñanza y esperemos un parte aguas en la mentalidad del jugador mexicano. Sigue un nuevo proceso mundialista para México donde debemos dejar de imaginar y mejor, hacer cosas chingonas.
                               

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